sábado, 29 de septiembre de 2012

DECADENTE HUMANIDAD



La desdichada humanidad,
su torpe caminar.
Por los caminos que llevan hacia las estrellas en Orión,
por estos mismos rumbos va hacia la desesperación.
La misma frialdad de su corazones,
es la que causa sus mayores destrucciones,
es la misma que causa tanta apatía,
dolor de noche y de día.

Hacia el norte caminan, hacia el este golpean su pecho,
polvo dejan en el sur y en el occidente ocultan el mal hecho.
Su rostro cubierto por máscaras está.
Su paz viene guerra a crear.
Oh falsa humanidad!
El sol pronto se apagará!
Las arenas del tiempo se agotan,
tu gran ejército sufrirá inevitable derrota.

Las rosas y su perfumen ya no importarán,
ahora sus espinas te lastimarán.
El universo se ha conmovido,
toda tu farsa quedará en el olvido,
en el polvo de tu desgracia
las lágrimas humedecerán tus falacias.
El ave te cazará, el león te destruirá!
Oh ignorante humanidad!

El agua del río no va a traer más saciedad,
lo sombrío del bosque te abrazará.
Has de dormir bajos las cenizas
y con apagadas sonrisas.
De frente das la mano, por la espalda clavas cuchillo.
De frente sonríes, por la espalda robas sin vasilo.

Decadencia en el pasado, decadencia en el presente,
en el futuro decadencia y sentimientos ausentes.
Hogares ya no existen, familias tampoco.
Matanzas en el bosque y en la ciudad que carcomen poco a poco.
Las hojas de la historia han sido manchadas,
sangre su mancha es, de esperanza ya no queda nada.

El gusano que se alimenta de estas mentes perversas,
infecta toda mente y cual aire por el mundo se dipersa.
Rostros fachadas son,
tan sólo una falsa ilusión.
Las miradas vacías y frías
tan sólo un triste día a día.

A lo lejos la luna se apaga,
la oscuridad posa sobre la ciudad y ella clama
por justicia, por paz, por serenidad.
La mentira es guía, se han olvidado ya de hablar con verdad.
El hijo ya no lo es más, la madre asesinada es,
ya no importan los lazos de nuestra sangre.

Títeres caminan sin rumbo,
oh gran farsa es este mundo!
La desdichada humanidad,
su falso caminar.
Secas hojas en el aire van,
de la muerte mensaje dan.

El susurro del mar,
la agonía de un palpitar.
El eco de los gemidos, el eco de los llantos,
las lágrimas y clamores ahora son tantos.
La barca que sobre agitado mar va,
hundida acabará.

jueves, 27 de septiembre de 2012

DESPEDIDA


De aquel sueño tengo un recuerdo
de su abrazo, solo tuve un momento.
De las lágrimas de sus ojos
tengo en mi paladar el remojo.

Angustia y soledad
ahora que se ha ido y he oído la verdad.
Su voz se aleja, su vestido se rasga,
su mirada me ignora y me amarga.

Sus brillantes cabellos,
sus mejillas limpias y labios ahora ajenos
son mi angustia,
la luz opaca de mi día.

El río de aguas serenas, intranquilo está.
El clamor de de mi gran soledad.
Oh, esos brazos que me cubrían!
Oh, ahora ya no tengo guía!

El castillo a lo alto de la montaña
cubierto está por niebla tan extraña
que deseara ya no vivir en él,
que deseara ya no extrañar de su boca la dulce miel.

El eco de mi voz es lo único que escucho,
contra tu ausencia lucho
y al final del camino,
anhelo en medio de la noche yacer contigo.

Bajo el manto de la oscuridad,
bajo la luz de roja luna y lluvia de fatalidad
vivo ahora sin tus manos sobre mis hombros.
Vivo entre aberración, vivo entre los escombros.

La tierra ha sido movida,
mi alma se encuentra vacía,
el mar se ha secado,
mis ojos te han llorado.

En esta despedida he sentido hambre,
sed, deseos de por última vez beber su sangre.
He deseado devorar su ser,
saciar mi deseo de su placer.

Tan lejos que ahora estás y grito.
Tan oculta que ahora estás y finjo.
La mascarada de falsedad ha iniciado,
la pasión de la vida que me ha abandonado.

Incesante ardor en el pecho,
la agonía al acecho.
Ilusión es su cuerpo ahora,
ilusión que me ahoga.

Despedida del ayer,
agonía cada amanecer.
Despedida del ayer,
oscuridad que ha de prevalecer.

lunes, 24 de septiembre de 2012

EN MEDIO DE LA NOCHE


Los tonos de un piano, pausados, tristes notas al oído.
Una dulce voz que canta,
esa voz penetra el corazón.
Cada palabra trae a la mente recuerdos grises.
Una lágrima, un pesar.
Ilusiones falsas rodearon mi mente,
la debilidad tropiezo en el caminar es.
Las cuerdas del reloj tocan una canción,
una nota póstume cada segundo es.
Abrázame mientras en mi lecho estoy.
El retumbo de pisadas sigue haciendo eco en la noche,
cada vez más fuerte, cada vez más cerca.
La luna, cubierta por una espesa nube, ya no brilla.
Las estrellas ya no se vislumbran en el cielo.
Lo intocable ha sido tocado, lo prohibido ha sido consumado,
la luz desciende, el día llega a su final.
Aquellas serenas aguas ya no refrescan las venas de la Tierra
ni calman la sed, sino que cual sangre se ha tornado.
Embriagante es este líquido ahora, alusinante.
Bajo un cielo de polvo yace la desolación,
latidos ecos son, vacíos ellos son.
Tiemblo de frío ahora, mientras volteo y leo la negra página
de un libro, de una historia, de una vida
Abrázame mientras en mi lecho estoy.
Si te marchas, un solitario camino he de pasar,
un doloroso camino, solo he de sufrir.
A rastras en este camino voy, a rastras.
Fácil presa para león y deseado bocado para carroñeros.
Dame la mano, dame tu calor.
Abrázame, mientras en mi lecho estoy.

viernes, 14 de septiembre de 2012

OSCURIDAD


Date vuelta lentamente, deja la oscuridad  caer,
su brazo ha de sujetarte.
El crimen de tu alma no será descubierto aún.
Las decisiones son tantas,
las erradas sobreabundarán con el caminar.
El aprendizaje de la vida tan tardío es,
que nunca podrá ser puesto en práctica.
Esclavos inconscientes todos son.
Esclavos de su propia falsedad, de su propia necedad.
La distancia en las miradas, distancia que no se acortará.
En la esquina de la ciudad, esperamos que la lluvia cese.
Deseamos que el sol seque las calles,
que esto sea tan solo un sueño.
Difícil es soportar la mentira, la mentira de esta vida.
Una sonrisa pensé mirar, una mirada pensé notar,
mas sólo apatía encuentro por doquier.
Enfermizo es aquellos rostros mirar. Rostros sonrientes,
ojos llenos de ignorancia.
Tontos, ilusos que caen sobre su propia inmundicia.
Al igual que los animales que son llevados al matadero, así ellos van.
Inconscientes de su destino.
El camino que atraviesan, sin meditar, es el que a un precipicio los lleva.
Con sangre ha sido escrita una carta.
Con lágrimas sellada, con dolor llevada.
Las mentiras de un falso vivir alimentan esta ciudad, la hacen rebosar.
Los faros que la rodean no dan luz clara.
La muerte en medio de esta ciudad ronda sin ser advertida.
Date la vuelta, deja la oscuridad caer.
Las cenizas de un fuego arrasador ahogan la luz del día.
Roja, ardiente, espesa es la sangre que corre como ríos por las montañas.
Desciende hacia nosotros, de ella bebemos.
Sangre de quienes han muerto en el mismo camino que nosotros atravesamos.
El sentido de la vida se busca, se desea entender.
Mas con los años más dudas que respuestas se encuentran.
Aquellas voces siguen haciendo ecos durante la noche.
Aquellas voces no callan, crujen junto con la ciudad.
Sus palabras un día habremos de poder entender.
...la vela sobre la mesa, pronto se apagará.

lunes, 10 de septiembre de 2012

INSOMNIO


Una noche de insomnio,
una noche sin descanso.
Una noche sin silencio,
una noche de espanto.

La luz del día se ha ido
junto con la esperanza.
Aún ella ha huido,
y ahora el reloj ya no avanza.

Es esta habitación en la cual se encuentra mi mente
la que me aprisiona.
En las venas la sangre hierve
y cada vez más el corazón se desilusiona.

Afuera, el mundo de los errantes,
de los que creen tener ojos, de los que creen tener poder.
De los que creen ser duros como diamantes,
mas que solo son para su cazador un placer.

Los que cruzan un camino que no lleva a nada.
Los que atesoran para perder todo.
Los que dicen ser humanos a su semejante matan con espada.
Los que serán devorados por aquel lobo.

Estos, quienes no conocen el sufrir,
han de saber lo que ello es.
Cuando el cielo se cubra de gris,
esa señal hará su sangre correr.

Esta noche,
al salir con arma letal en la mano,
sin reproche
el hombre será acabado.

El viento sopla y da la señal.
El sol se apaga y deja saber
que cerca está del malvado su final
y que su falsa soberbia no debe prevalecer.

El justiciero presto está.
El justiciero sin piedad.
Todos han de ver las luces de la ciudad,
por última vez brillar.

En mi mano sostengo mi corazón.
En mi mente constante ella está.
Fría se torna mi habitación.
El insomnio vuelve a atacar.

La luna llena a través de la ventana.
El hombre se vuelve monstruo.
Su hambre no le permite la calma,
y de los cuerpos errantes desea  hacer destrozo.

Uno a uno caerán.
Uno a uno, sus ojos ya no mirarán.
Uno a uno, sus brazos no golpearán.
Uno a uno, sus mentes ya no destruirán.

Noches de insomnio,
noches de desvelo.
Espera tú, a la luna y su testimonio.
Espera tú, afuera, espera tu desconsuelo.