jueves, 22 de noviembre de 2012

LLANTOS INOCENTES


El llanto de un niño,
el grito de un alma inocente,
me ha quitado mi sueño,
ha capturado mi mente.
Desde las nubes cae la agonía,
sobre frágiles cuerpos crea dolor.
De sus rostros se ha apagado la alegría,
sobreabunda el temor.

Hombre cobarde que lastima,
hombre cobarde que mata,
cada día más de su corazón al amor margina,
y las ordenanzas de la ambición acata.
El polvo de la ciudad remojado por lágrimas,
los muros conmovidos por llantos,
y la historia escrita en una sucia página
son de estos inocentes los nuevos quebrantos.

Fuego opresor,
fuego que quema las esperanzas.
Los hogares en llamas y con gran temor
claman por el cese de tanta matanza.
Oh dolor que has de sentir madre!
Oh dolor que has de sentir hijo!
Deténgase ahora matanza tan despreciable,
traiga el día paz y esta paz a nuestras almas cobijo.

Gran llanto que recorre el mundo,
llanto de los más pequeños, de los más frágiles, llanto que agobia.
Si tan solo con un respirar profundo,
pudiera hacer que terminara tan sangrienta historia,
respiraría mil veces esta noche
y otras mil al despertar.
Solo por escuchar de alegría aquel derroche
y de esperanza aquel palpitar.

Sobre camas yacen muchos,
en tumbas cuántos más!
El viento susurra en busca de lo justo,
en busca de paz.
La luna aparece en la noche entristecida
y el sol en el día sin gran esplendor.
Los culpables de tantas vidas perdidas
de este mundo son el peor hedor.

Han de morir ellos,
han de sufrir por su oscuro corazón.
Desde el cielo como destellos
sobre sus cabezas el dolor caerá sin compasión.
Oh si tan solo a través de mi ventana pudiera mirar
en el verde campo a aquellos pequeños,
bajo la sombra de un árbol acampar,
sin temor, sin dolor, sin gritos y sin horribles sueños.

Desde las nubes cae la agonía,
sobre frágiles cuerpos se derrama,
De sus rostros se ha apagado la alegría,
sobreabunda el temor y se ahuyenta la calma.
Cuando el ocaso del día llegue,
deseo no escuchar más aquello lloro,
cuando el ocaso del día llegue,
deseo la ausencia de aquel dolor.


lunes, 22 de octubre de 2012

ESPERANZA


Esperando por la noche,
esperando por la luna, estoy.
Esperando una lluvia de estrellas y derroches,
hacia el bosque voy.
La oscuridad desciende y cubre la ciudad,
cubre los corazones, cubre los sentimientos.
Esconde la verdad,
hace venir los padecimientos.

Esperando por la noche,
espero su abrazo y su beso.
Deseo que su piel me toque,
deseo calor intenso.
Deseo mi rostro sobre su pecho,
deseo sobre mi pecho su rostro.
Habitar bajo cálido techo,
entregar todo, no entregar poco.

El trueno resuena a lo lejos,
tu voz entona una canción,
canción que pide que me despoje de mis complejos,
que me despoje de mi desilusión.
Sobre el tejado miraré,
contemplaré la montaña.
Al horizonte gritaré y luego lloraré
deseando que no te vayas.

Al sol pediré su calor,
soñaré con tu aroma,
a tus ojos miraré y huirá el temor.
La lluvia por las ventanas del alma se asoma
mas ha de desaparecer,
se ha de secar
con la calidez de tu querer
y la dulzura de tu mirar.

La flor negra que en mi bolsillo se encuentra,
marchita será.
La dureza de corazón que me encierra
y la agonía acabarán.
De interminable pesadilla despertaré,
ya no he de soñar
sino que por fin sonreiré
y mi dormir ha de acabar.

Invierno agónico, agotador,
tormenta sin fin.
Clamor y llanto de dolor.
Desdén hacia nuestro sufrir.
Cabizbajo te busco
y deseo el aroma de tus cabellos.
Un arrebato brusco
siempre me aleja de ellos.

La melodía de estas lágrimas
me atormenta día a día.
Busco por ello esa sonrisa
que haga mi alma reposar en alegría.
Busco ese mirar, ese palpitar
que me haga revivir,
que me haga por el valle gritar
que he encontrado el vivir.

Descalzo camino,
sigo tras esos pasos.
Busco un destino
que me traiga tan ansiado abrazo.
Desnudo camino, bajo esta luz opaca.
Con frío camino, con la niebla sobre mi cabeza y en mi pecho el dolor.
El tiempo culpable de tanta desgracia
será el mismo que apagará contigo mi clamor.



sábado, 29 de septiembre de 2012

DECADENTE HUMANIDAD



La desdichada humanidad,
su torpe caminar.
Por los caminos que llevan hacia las estrellas en Orión,
por estos mismos rumbos va hacia la desesperación.
La misma frialdad de su corazones,
es la que causa sus mayores destrucciones,
es la misma que causa tanta apatía,
dolor de noche y de día.

Hacia el norte caminan, hacia el este golpean su pecho,
polvo dejan en el sur y en el occidente ocultan el mal hecho.
Su rostro cubierto por máscaras está.
Su paz viene guerra a crear.
Oh falsa humanidad!
El sol pronto se apagará!
Las arenas del tiempo se agotan,
tu gran ejército sufrirá inevitable derrota.

Las rosas y su perfumen ya no importarán,
ahora sus espinas te lastimarán.
El universo se ha conmovido,
toda tu farsa quedará en el olvido,
en el polvo de tu desgracia
las lágrimas humedecerán tus falacias.
El ave te cazará, el león te destruirá!
Oh ignorante humanidad!

El agua del río no va a traer más saciedad,
lo sombrío del bosque te abrazará.
Has de dormir bajos las cenizas
y con apagadas sonrisas.
De frente das la mano, por la espalda clavas cuchillo.
De frente sonríes, por la espalda robas sin vasilo.

Decadencia en el pasado, decadencia en el presente,
en el futuro decadencia y sentimientos ausentes.
Hogares ya no existen, familias tampoco.
Matanzas en el bosque y en la ciudad que carcomen poco a poco.
Las hojas de la historia han sido manchadas,
sangre su mancha es, de esperanza ya no queda nada.

El gusano que se alimenta de estas mentes perversas,
infecta toda mente y cual aire por el mundo se dipersa.
Rostros fachadas son,
tan sólo una falsa ilusión.
Las miradas vacías y frías
tan sólo un triste día a día.

A lo lejos la luna se apaga,
la oscuridad posa sobre la ciudad y ella clama
por justicia, por paz, por serenidad.
La mentira es guía, se han olvidado ya de hablar con verdad.
El hijo ya no lo es más, la madre asesinada es,
ya no importan los lazos de nuestra sangre.

Títeres caminan sin rumbo,
oh gran farsa es este mundo!
La desdichada humanidad,
su falso caminar.
Secas hojas en el aire van,
de la muerte mensaje dan.

El susurro del mar,
la agonía de un palpitar.
El eco de los gemidos, el eco de los llantos,
las lágrimas y clamores ahora son tantos.
La barca que sobre agitado mar va,
hundida acabará.

jueves, 27 de septiembre de 2012

DESPEDIDA


De aquel sueño tengo un recuerdo
de su abrazo, solo tuve un momento.
De las lágrimas de sus ojos
tengo en mi paladar el remojo.

Angustia y soledad
ahora que se ha ido y he oído la verdad.
Su voz se aleja, su vestido se rasga,
su mirada me ignora y me amarga.

Sus brillantes cabellos,
sus mejillas limpias y labios ahora ajenos
son mi angustia,
la luz opaca de mi día.

El río de aguas serenas, intranquilo está.
El clamor de de mi gran soledad.
Oh, esos brazos que me cubrían!
Oh, ahora ya no tengo guía!

El castillo a lo alto de la montaña
cubierto está por niebla tan extraña
que deseara ya no vivir en él,
que deseara ya no extrañar de su boca la dulce miel.

El eco de mi voz es lo único que escucho,
contra tu ausencia lucho
y al final del camino,
anhelo en medio de la noche yacer contigo.

Bajo el manto de la oscuridad,
bajo la luz de roja luna y lluvia de fatalidad
vivo ahora sin tus manos sobre mis hombros.
Vivo entre aberración, vivo entre los escombros.

La tierra ha sido movida,
mi alma se encuentra vacía,
el mar se ha secado,
mis ojos te han llorado.

En esta despedida he sentido hambre,
sed, deseos de por última vez beber su sangre.
He deseado devorar su ser,
saciar mi deseo de su placer.

Tan lejos que ahora estás y grito.
Tan oculta que ahora estás y finjo.
La mascarada de falsedad ha iniciado,
la pasión de la vida que me ha abandonado.

Incesante ardor en el pecho,
la agonía al acecho.
Ilusión es su cuerpo ahora,
ilusión que me ahoga.

Despedida del ayer,
agonía cada amanecer.
Despedida del ayer,
oscuridad que ha de prevalecer.

lunes, 24 de septiembre de 2012

EN MEDIO DE LA NOCHE


Los tonos de un piano, pausados, tristes notas al oído.
Una dulce voz que canta,
esa voz penetra el corazón.
Cada palabra trae a la mente recuerdos grises.
Una lágrima, un pesar.
Ilusiones falsas rodearon mi mente,
la debilidad tropiezo en el caminar es.
Las cuerdas del reloj tocan una canción,
una nota póstume cada segundo es.
Abrázame mientras en mi lecho estoy.
El retumbo de pisadas sigue haciendo eco en la noche,
cada vez más fuerte, cada vez más cerca.
La luna, cubierta por una espesa nube, ya no brilla.
Las estrellas ya no se vislumbran en el cielo.
Lo intocable ha sido tocado, lo prohibido ha sido consumado,
la luz desciende, el día llega a su final.
Aquellas serenas aguas ya no refrescan las venas de la Tierra
ni calman la sed, sino que cual sangre se ha tornado.
Embriagante es este líquido ahora, alusinante.
Bajo un cielo de polvo yace la desolación,
latidos ecos son, vacíos ellos son.
Tiemblo de frío ahora, mientras volteo y leo la negra página
de un libro, de una historia, de una vida
Abrázame mientras en mi lecho estoy.
Si te marchas, un solitario camino he de pasar,
un doloroso camino, solo he de sufrir.
A rastras en este camino voy, a rastras.
Fácil presa para león y deseado bocado para carroñeros.
Dame la mano, dame tu calor.
Abrázame, mientras en mi lecho estoy.

viernes, 14 de septiembre de 2012

OSCURIDAD


Date vuelta lentamente, deja la oscuridad  caer,
su brazo ha de sujetarte.
El crimen de tu alma no será descubierto aún.
Las decisiones son tantas,
las erradas sobreabundarán con el caminar.
El aprendizaje de la vida tan tardío es,
que nunca podrá ser puesto en práctica.
Esclavos inconscientes todos son.
Esclavos de su propia falsedad, de su propia necedad.
La distancia en las miradas, distancia que no se acortará.
En la esquina de la ciudad, esperamos que la lluvia cese.
Deseamos que el sol seque las calles,
que esto sea tan solo un sueño.
Difícil es soportar la mentira, la mentira de esta vida.
Una sonrisa pensé mirar, una mirada pensé notar,
mas sólo apatía encuentro por doquier.
Enfermizo es aquellos rostros mirar. Rostros sonrientes,
ojos llenos de ignorancia.
Tontos, ilusos que caen sobre su propia inmundicia.
Al igual que los animales que son llevados al matadero, así ellos van.
Inconscientes de su destino.
El camino que atraviesan, sin meditar, es el que a un precipicio los lleva.
Con sangre ha sido escrita una carta.
Con lágrimas sellada, con dolor llevada.
Las mentiras de un falso vivir alimentan esta ciudad, la hacen rebosar.
Los faros que la rodean no dan luz clara.
La muerte en medio de esta ciudad ronda sin ser advertida.
Date la vuelta, deja la oscuridad caer.
Las cenizas de un fuego arrasador ahogan la luz del día.
Roja, ardiente, espesa es la sangre que corre como ríos por las montañas.
Desciende hacia nosotros, de ella bebemos.
Sangre de quienes han muerto en el mismo camino que nosotros atravesamos.
El sentido de la vida se busca, se desea entender.
Mas con los años más dudas que respuestas se encuentran.
Aquellas voces siguen haciendo ecos durante la noche.
Aquellas voces no callan, crujen junto con la ciudad.
Sus palabras un día habremos de poder entender.
...la vela sobre la mesa, pronto se apagará.

lunes, 10 de septiembre de 2012

INSOMNIO


Una noche de insomnio,
una noche sin descanso.
Una noche sin silencio,
una noche de espanto.

La luz del día se ha ido
junto con la esperanza.
Aún ella ha huido,
y ahora el reloj ya no avanza.

Es esta habitación en la cual se encuentra mi mente
la que me aprisiona.
En las venas la sangre hierve
y cada vez más el corazón se desilusiona.

Afuera, el mundo de los errantes,
de los que creen tener ojos, de los que creen tener poder.
De los que creen ser duros como diamantes,
mas que solo son para su cazador un placer.

Los que cruzan un camino que no lleva a nada.
Los que atesoran para perder todo.
Los que dicen ser humanos a su semejante matan con espada.
Los que serán devorados por aquel lobo.

Estos, quienes no conocen el sufrir,
han de saber lo que ello es.
Cuando el cielo se cubra de gris,
esa señal hará su sangre correr.

Esta noche,
al salir con arma letal en la mano,
sin reproche
el hombre será acabado.

El viento sopla y da la señal.
El sol se apaga y deja saber
que cerca está del malvado su final
y que su falsa soberbia no debe prevalecer.

El justiciero presto está.
El justiciero sin piedad.
Todos han de ver las luces de la ciudad,
por última vez brillar.

En mi mano sostengo mi corazón.
En mi mente constante ella está.
Fría se torna mi habitación.
El insomnio vuelve a atacar.

La luna llena a través de la ventana.
El hombre se vuelve monstruo.
Su hambre no le permite la calma,
y de los cuerpos errantes desea  hacer destrozo.

Uno a uno caerán.
Uno a uno, sus ojos ya no mirarán.
Uno a uno, sus brazos no golpearán.
Uno a uno, sus mentes ya no destruirán.

Noches de insomnio,
noches de desvelo.
Espera tú, a la luna y su testimonio.
Espera tú, afuera, espera tu desconsuelo.

jueves, 9 de agosto de 2012

EL RÍO DE LOS SUEÑOS


En un lugar lejano, donde el silencio es guía,
a la orilla de un río, reposo.
Miro al espejo de agua serena, veo mi rostro.
Un pequeño golpeteo distorsiona la imagen.
Cicatrices parecen observarse.
Una mirada vacía.
La brisa que sopla hace mover el cesped alrededor
y las hojas de los árboles caer.
El silencio permanece.
A la distancia, por sobre una montaña, arcos semejantes a los de una puerta.
Al observarlos detenidamente, hipnotizado, dos sensaciones surgen.
Alentadora la una, desesperanza la otra.
A mi espalda, señales de lo que parece fue una batalla.
Sangre, armas, cuerpos sin vida, desolación.
Al mirar por sobre mi hombro, escenas como recuerdos vienen a la mente.
Una de estas escenas en particular, llamó más mi atención.
Un rostro pude observar, como de porcelana, rostro de mujer...
Miro de nuevo al espejo, una mano sobre mi hombro,
fría, pesada era.
Tocando mi hombro me percaté que nada había.
De nuevo viene a mi mente aquel rostro.
Fugaz la imagen fue, fugaz el rostro fue.
El reflejo de la luna cae sobre el río.
Las aguas parecen empezar a agitarse.
El cielo se tiñe de gris y el cesped parece secarse.
Sobre mi hombro la desesperación vuelve a la mente.
Mi reflejo sobre el río de nuevo observo.
Una extraña tranquilidad sobre mí reposó, al mirar a mi lado una sonrisa.
Fría sonrisa, dura sonrisa. Mas a pesar de ello, trajo aquella calma.
Intento ahora buscarla cada vez que miro hacia el río,
sin importar el alrededor, busco en mi mente aquel recuerdo.
Ahora la soledad no es tan pesada cada vez que me veo reflejado junto a este rostro.
Junto a aquellos ojos, que apesar de parecer vacíos, suponen un gran calor.
En el reflejo aquellos negros cabellos parecen danzar con el viento.
Esta ilusión me atrapa poco a poco.
Ahora el deseo es que mi próxima imagen reflejada en aquel mágico espejo
sea verme abrigado por aquellos brazos, que aunque toscos, llenan de relajación.
Luego de esto querré soñar en mi mente que esos labios se funden con los míos.
Frías son estas sensaciones, estos reflejos.
A pesar de ello, cada vez parecen ser más cálidos para mí
Ahora, ya no callo, ahora grito.
Grito...
Ven...
Abre ese frío corazón...
Abre mi frío corazón

Déjame sentir tu calidez...




viernes, 3 de agosto de 2012

EL CAMINANTE


La inocencia ha sido dejada atrás
junto con la esperanza.
El letargo de una indescriptible agonía.
Apatía hacia la vida que viene a visitar.
La quietud del mar ya no susurra dulces melodías al oído.
El universo ha empezado a estremecerse.
Extraños son aquellos a los que antes llamé familia, amigos.
Los recuerdos poco a poco han desaparecido,
el corazón poco a poco se ha enfríado.
Un bosque lleno de sonidos que como escalofríos
descienden por la espalda, es ahora el que camino.
Solo.
A la distancia un pequeño brillo parece asomar.
Un haz de luz que llena mis pupilas.
Caminar hacia él cruza mi mente.
Miro a mis pies descalzos, cansados.
Hay alguna razón para ir hacia esta luz?
El deseo de hacerlo es realmente pequeño,
más aún cuando con cada paso parece alejarse.
Parece difícil alcanzarla.
Hay un destino? Este realmente existe?
He logrado alcanzar la luz, su silueta es agradable a mis ojos.
Un abrazo, un beso, un deseo.
Todo tan fugaz como la vida en el desierto.
Una parte de mi desea seguir caminando, sin importar el pesar en mis pies.
Una parte aún menor, desea volver a sentir ese abrazo, ese instante nuevamente.
Ecos sin sentido rodean este bosque.
En él hay más muerte que vida, más hojas secas que frutos que alimenten.
Más carroñeros esperando a devorar lo que ya no tenga vida.
A lo lejos, en el horizonte, una inmensa luna roja, es todo lo que alumbra.
Una triste canción es la melodía susurrada por el viento.
Sigo luchando contra dos sensaciones.
Una, la escasez de latidos del corazón, otra, el deseo de sentir.
Una mayor que la otra, una más dominante.
Buscaré al anochecer nuevamente aquella luz, aquella silueta.
Aquel pequeño y extraño instante en el cual mis manos descendieron por haces de luz como cabellos.
Mas cuando ese minuto llega, parece eludirme.
Por ello seguiré teniendo en mi mano la balanza, pesando las dos sensaciones.
Seguir caminando descalzo y cansado, buscando el horizonte o
buscar abrazar una vez más aquella pequeña silueta de luz.

viernes, 1 de junio de 2012

MALDITA DEBILIDAD


Este pesar que me atormenta,
esta agonía que cada día me acompaña,
este sentimiento sin sentido,
cuánto deseara que se desvanezca!
Tendré mañana esta misma falsa ilusión?
El silencio de la noche, de la habitación pesan.
No hay más que su imagen en mi mente.
Desesperante se ha tornado esta obsesión.
No ha de calmarse hasta no beber y ser saciado
de su aroma, de su cuerpo, de su deseo.
Cuánta debilidad trae consigo tan despreciable sensación!
Humana sensación!
Cual vagabundo divaga mi razón,
cual sol en medio de la tormenta se ausenta.
Gris se torna el paisaje al solo pensarla
y al pensar que no parece posible tenerla.
Oh sentimiento tan reprochable!
De dónde provienes?
Escóndete, aléjate, regresa al oscuro lugar de donde has salido!
Corazón, de piedra vuélvete.
Los segundos son más aprovechables caminando tan solo con inteligencia,
con serenidad, sin ser debilitado por irrisorias sensaciones.
Aléjate de mí debilidad!
Desde alta montaña veré hacia el valle, donde los ilusos caminan.
Caminan y llevan consigo debilidad, corazones de cristal.
Su sonrisa oculta una gran verdad, un inmenso pesar.
Reiré al observar,
lo sé, luego lloraré.
Su rostro me atormenta, me estremece.
Frágil figura que atrae.
Una suave mano que me clava un puñal en medio del pecho.
Através de mi ventana veo las nubes llegar, la lluvia caer,
una flor de angustia brotar.
Ven sequía y haz que muera, que se marchite en el olvido.
En el olvido...
En el olvido...