He despertado y a través de mi ventana veo oscuridad.
Imaginé haber alcanzado la mañana,
Haber descubierto la verdad,
mas aún sigo atrapado en esta telaraña.
Nubes oscuras cual la misma noche,
dejan pensar en tormenta.
Crujen las ramas en un constante choque.
La desesperanza, de este miedo se alimenta.
Pensé ir por buen camino,
por sendero de paz.
Mas el cruel destino
parece no acabar.
Lobos aúllan a la distancia.
Cuervos sus plumas en mi puerta dejan.
Y en la pradera mi estancia
no fue más que un ínfimo instante que se aleja.
La rosa plantada parece desfallecer
En el desierto no florecerá.
Ilusorio se hace mi creer,
mi luz parece que no brillará.
Dragones atacan mi corazón
y nublan los pensamientos,
muy clara es su razón,
quieren mi ser como su alimento.
Lucho contra los monstruos
que buscan mi sangre beber,
y también de ellos hay otros
que buscan de mi alma el perecer.
Deseo un beso, una caricia, un susurro.
Lejos de esta lucha quiero huir.
Mientras esté siempre al lado suyo
seguro podré sobrevivir.
Así podré huir de estos negros seres,
de monstruos hambrientos,
de quienes siendo crueles,
incesantemente desean mi último aliento.