sábado, 6 de agosto de 2011

BALADA NEGRA



Tristes tonos de lluvia,
golpean el suelo sin cesar.
Nubes llenas de dolor
que oscurecen el día.
Sonrisa gris,
mis oídos ignoran, mas mi alma escucha
Danzamos una negra balada.
Agua entre las manos, se escapa como los sueños.
Pisadas marcadas en la arena,
huellas sin dirección,
se desvanecen junto con el sol
Ella, blanca como el día,
con un vestido roto, sucio,
ojos brillantes que me miran.
Miran con tristeza.
Su vestido es negro al igual que nuestros corazones.
Deseara abrazarla, mas el temor me lo impide.
Susurros de una dulce voz a lo lejos escucho.
Disminuye cada vez más su sonido,
Ecos dentro de este bosque,
ecos incesantes.
Las hojas de los árboles caen,
se secan,
mueren.
Densa niebla se contempla que viene por sobre las montañas.
El río se ha secado, no hay agua que beber.
Sequía del corazón.
Y aún seguimos bailando,
una balada negra.