Iba caminando, bajo negra nube.
Bajo lluvia intensa.
Entonces el apagado espíritu vio, a lo lejos, una pequeña luz.
Que brillaba, sí, con fuerza.
Bajo el cielo rodeado de muerte
Fue al encuentro de este fulgor
¿Destino o suerte?
Una luz en dulces ojos brilló
Un rostro de porcelana
Unas manos cálidas
El frío huyó como abrigado por suave lana
A lo lejos vidas desfallecen, vidas pálidas
¡Qué dulce manjar de un cuello suave!
Probó, sintió, murió
El errante espíritu ahora lo sabe
Cruel el destino se mostró.
Estrellas caen desde el cielo ahora
En este instante de tanta pasión
Mientras en ellos todo aflora
Ilusión, deseos y latidos de muerto corazón
Una danza de muerte
Mueve estos espíritus moribundos
Un beso y un cuerpo que laten fuerte
Y ahora ellos, llenos de ilusión, forman un mundo...
...del cual no se tienen certezas...
...y donde embargan alegrías, pero también ciertas tristezas...